En los últimos días el tifón Lekima, el más potente que azota China desde 2014, dejó al menos 44 muertos, 20 desaparecidos y 16 heridos. Más de un millón de personas han sido evacuadas y las autoridades estiman en unos cinco millones el número de afectados. Si bien las autoridades meteorológicas de China aseguraron que el tifón irá debilitándose paulatinamente, en lo que respecta a la actividad del transporte y la logística, las consecuencias persisten.
Los puertos de Shanghai, Ningbo y Shenzhen permanecieron cerrados durante varios días generando demoras y hasta cancelaciones de escalas, lo cual provocó un gran congestionamiento que está afectando el cumplimiento de los itinerarios.
Además, el fenómeno ha obligado a cancelar cientos de ferris, vuelos y a cortar tramos de algunas líneas ferroviarias.
Fuente:www.elconfidencial.com